Hoy tengo que detenerme a contar un suceso que ha conmocionado a la localidad de Elda, el pasado martes, un profesor fue agredido por los padres de un niño de 8 años. La agresión se produjo en el colegio Miguel Servet. La polémica a causa de ésto está servida y es que los profesores de Elda están conmocionados con el suceso, sienten miedo, indignación y preocupación. Ésto puede llevarnos a un amplio debate porque claro, hasta dónde llega la labor de un profesor, sólo trata de inculcar sabiduría o también es educador de los niños. Ahora, los padres que cometieron la agresión han salido a la palestra y han justificado su hecho alegando que el profesor tuvo palabras de desprecio hacia su hijo calificándolo de "tonto" y profesándole pescozones. Por este motivo y siendo ésta la versión verdadera, yo como madre también me indignaría pero claro, no llegaría a las manos como hizo el padre que le propínó una bofetada.
Lo característico del caso es que el suceso ha pasado a la comisaría de policía aunque el maestro no ha puesto ninguna denuncia. ¿Cómo actuar en estos casos? Será que el maestro tiene miedo, será que en realidad sí que actuó de esa manera con el niño? Señores, la polémica está servida y es que en estos temas, más vale ir a pies-juntillas.
Yo reivindico la gran labor de los maestros, su paciencia y sobretodo su tarea como educadores pero en el campo de la sabiduría y parte en la conducta humana porque los padres tienen aquí, su tarea principal, hay que dar ejemplo.
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